informacion ciudadana-
Doctora Marcela Contreras, eminencia coelemana en medicina transfusional
“Con sangre se hacen negocios, y bastante sucios”
Especialista analiza triste realidad nacional y destaca el éxito penquista.
Los donantes voluntarios son seguros, no tienen nada que ocultar. Lo ideal es que la gente aporte dos veces al año.
Por Gretel Dettwiler R.Escandalizada se mostró la directora Nacional de Diagnóstico, Desarrollo e Investigación del Servicio Nacional de Sangre del Reino Unido ante la poca rigurosidad de la medicina tranfusional en Chile. Marcela Contreras Arriagada, toda una eminencia en la materia, es oriunda de Coelemu y aunque conoce la realidad del país, no deja de sorprenderse cada vez que viene.De visita en la zona, esta londinense por adopción compartió con EL SUR sus severas impresiones, que son un tirón de orejas a las autoridades sanitarias chilenas. También resaltó y se refirió en muy buenos términos al trabajo que en materia de sangre se realiza en Concepción.Tras participar, la semana pasada, en un seminario internacional realizado en Santiago -pero organizado por Concepción- de calidad y medicina transfusional, se refirió a estos temas. Con ademanes suaves y hablar pausado, pero severa en sus juicios, no se amilanó a la hora de afirmar que “falta un marco legal, voluntad, educación y que la gente se despoje de su feudo”.-Doctora, ¿qué impresión le merecen las condiciones locales de la medicina transfusional? -Concepción está muy por encima del resto del país. Aquí incluso han podido regionalizar el trabajo: Toda la sangre viene a un mismo lugar, con el mismo control de calidad, exigencias y estándares. Se colecta la sangre y se procesa acá, en el resto del país eso no existe. En Santiago, donde está la mayor parte de la población, sigue habiendo colectas en bancos de sangre y el personal no puede tener la experiencia que sí se tiene en un centro grande. Lo otro, que me llega mucho, es que aquí cada vez aumenta más la cantidad de donantes altruistas y voluntarios.En el resto del país… no pasa nada.-¿Faltan incentivos, difusión? -Hay muy poca difusión. La gente no tiene idea de que se necesita dar sangre como un seguro de vida. Es como tener siempre plata en el banco, un depósito a plazo, así de simple. Si existiera la costumbre de dar dos veces al año, a Chile le sobraría la sangre, pero eso no pasa. En Inglaterra y en la mayor parte de Europa occidental, la gente lo toma como una obligación cívica, un deber social hacia el resto.¿Y qué es lo que usted verifica en el resto del país, aparte de bancos de sangre disgregados? -Que no hay controles de calidad exhaustivos.Nadie ha sido capaz de demostrármelo (alza las cejas espontáneamente). En realidad, la calidad empieza por el donante. Si no hay un donante altruista, ya tienes un mayor riesgo. Chile tiene una tasa mucho más alta de portadores dentro de los donantes de lo que debería tener porque, dejando fuera Concepción, todos son nuevos.Es mucho más sucia la sangre de quien dona por primera vez o de quien no es voluntario, porque nadie va a reconocer ante un familiar prácticas sexuales que no son aceptadas o drogadicción intravenosa. Aquí igual donan, porque a nivel social necesitan el papelito. Es imprescindible que en Chile exista mayor educación social, que se cree conciencia. Incluso el cobre debiera considerar presupuesto para generar una cultura de la sangre, que no existe.-¿Por qué resulta tan bien evaluado Concepción en el contexto inglés que usted bien conoce? -Hay muchas cosas que incluso hacen mejor aquí. Por ejemplo, la educación del personal.Tienen muy poco si se compara con lo que tengo yo, pero acá tienen muy buena documentación de lo que hacen. Sí hay cosas que faltan, que tienen que ver con equipamiento, un buen edificio, asuntos materiales. Pero que trabajen como lo están haciendo con los medios que tienen, es para sacarse el sombrero.-Eso quiere decir que se haría una transfusión acá, con toda seguridad.-Sí, en Concepción sí (responde con tono tajante y seguro). El año pasado dije que no lo haría en ningún lugar de Chile, pero aquí están aumentando tanto los donantes voluntarios (llegan al 50%) que siento mucha más seguridad en ese sentido. ¡Pero si el país tiene, en concreto, apenas un 2% de voluntarios! Esa comparación me da seguridad, además de que he visto cómo trabajan. Por eso tengo confianza en Concepción, pero sólo en Concepción y, tal vez, Valparaíso.En Santiago… por ningún motivo, ni tampoco en ninguna otra parte del país.-Queda claro un problema ético de por medio… -En Santiago, sí, porque todo el mundo quiere ser jefe. Todos los jefes de bancos de sangre buscan poder, o casi todos. Porque dirigir un banco de sangre claro que da poder. Y también, bueno, tú ganas dinero con eso, al ceder unidades a los centros privados. Hay un negocio de por medio, y un negocio bastante sucio.Pasa mucho en Santiago, no en todos los hospitales, pero se repite que los parientes donan para sus parientes que están en el sistema público y eso se va al sistema privado.Eso tiene un costo a favor de las personas que están a cargo de ese banco de sangre, que gana dinero así. Eso no ocurre en Concepción.Está todo controlado, y se sabe adónde termina la sangre que se colecta, porque hay seguimiento.En Santiago eso -por el momento- no existe.-Entoces, ¿en Chile la sangre es un negocio? -Yo creo que sí, pero sobre todo en Santiago, que es donde hay más gente. Acá, a pesar de la cantidad de habitantes, los procesos son tan rigurosos que ni aunque alguien quisiera aprovecharse, podría hacerlo.-Doctora, y la realidad europea ¿implica donantes casi a la orden del día? -No casi. Estamos usando la sangre más apropiadamente y nunca ha habido donantes de reposición, eso no se le pide a nadie, sino que se le pide ayuda a la comunidad en general. Los diarios publican la temperatura, el estado de carreteras y cómo están los stocks de sangre, así de masivo. Lo mismo pasa con la televisión. Si hay un ataque terrorista o un accidente de tren, la gente no hace colas para donar, porque no es necesario.-Y para que existan las condiciones de que eso ocurra en Chile, que se subsanen los problemas que existen ¿quién debería tomar las riendas? -El Ministerio de Salud y los legisladores.Tiene que generarse una ley de sangre, es estrictamente necesario. Yo ya estoy aburrida con ese asunto. Colaboré con el proyecto e incluso lo revisé, pero desde 1986 que estamos en eso. ¡No puede ser que no salga en 20 años! Me da vergüenza decirlo, pero en Malawi, el país más pobre del mundo, creamos un marco legal y tenemos un servicio nacional de sangre gracias a que nadie se muere por falta de donante. Y Chile no tiene nada que ver con Malawi. Bolivia tiene un marco legal y ¿qué tiene que ver Bolivia con Chile? ¿por qué Chile no...? ¿qué estamos esperando? OMS acredita al centro penquista Una buena noticia entregada por la doctora Contreras es que, el jueves 29 de marzo, Concepción fue la primera ciudad del mundo acreditada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Internacional de Transfusión. Dirigido a países medianamente y poco desarrollados, dicho protocolo busca garantizar el buen trabajo de centros de sangre nacionales, pero en nuestro caso se aplicó -y con buenos resultados- a nivel regional.Según explicó la doctora, las condiciones alcanzan tan buen nivel, que lo más probable es que el centro de sangre penquista alcance nuevas etapas del proceso.El sistema de acreditación se basa en las estrictas normas impuestas por la OMS.Secretos del éxito local Un total de 23 mil unidades de sangre recolecta el Centro Concepción al año. En 2007 espera llegar a 29 mil. Este centro, al que acude un 30% de donantes, satisface las necesidades de las cuatro provincias; optimiza trabajo y recursos, maneja estándares de calidad más altos y hace más eficiente el sistema. Un ejemplo es que, desde que se unió al sistema, Lota bajó su necesidad de donantes a la mitad. Al estar centralizadas las unidades de sangre se distribuyen sin que nada se pierda por “falta de uso” en los plazos sanitarios establecidos.A diario 120 voluntarios donan 450 centímetros cúbicos cada uno en la zona y el almacenamiento permite abastecer por una semana a la región. Sólo en 2006, el centro penquista realizó más de cien colectas, para cubrir la necesidad de 17 donaciones por cada mil habitantes, cifra que se requiere en Latinoamérica. El promedio nacional es de 14 por cada mil habitantes, mientras que en los países desarrollados la cifra aumenta a 30 por cada mil.“Todo está bien reglado” -¿Por qué aún no se ha concretado una ley rigurosa, si la doctora Contreras ayudó a la redacción del texto y lo revisó en 1986? -En la década del ‘60 teníamos un proyecto bien completo, que se modificó y luego se postergó. Hoy, la legislación existente cubre las necesidades, y concluimos que el sistema de Salud en Chile tiene todo tan bien reglado que es innecesario incorporar nuevas leyes que regulen el tema”, explicó el senador Ruiz-Esquide.Recordó que, debido al VIH, se incluyeron esos elementos a los textos legales, pues ante ese nuevo actor sí fue necesario tomar medidas sanitarias complementarias.
Doctora Marcela Contreras, eminencia coelemana en medicina transfusional
“Con sangre se hacen negocios, y bastante sucios”
Especialista analiza triste realidad nacional y destaca el éxito penquista.
Los donantes voluntarios son seguros, no tienen nada que ocultar. Lo ideal es que la gente aporte dos veces al año.
Por Gretel Dettwiler R.Escandalizada se mostró la directora Nacional de Diagnóstico, Desarrollo e Investigación del Servicio Nacional de Sangre del Reino Unido ante la poca rigurosidad de la medicina tranfusional en Chile. Marcela Contreras Arriagada, toda una eminencia en la materia, es oriunda de Coelemu y aunque conoce la realidad del país, no deja de sorprenderse cada vez que viene.De visita en la zona, esta londinense por adopción compartió con EL SUR sus severas impresiones, que son un tirón de orejas a las autoridades sanitarias chilenas. También resaltó y se refirió en muy buenos términos al trabajo que en materia de sangre se realiza en Concepción.Tras participar, la semana pasada, en un seminario internacional realizado en Santiago -pero organizado por Concepción- de calidad y medicina transfusional, se refirió a estos temas. Con ademanes suaves y hablar pausado, pero severa en sus juicios, no se amilanó a la hora de afirmar que “falta un marco legal, voluntad, educación y que la gente se despoje de su feudo”.-Doctora, ¿qué impresión le merecen las condiciones locales de la medicina transfusional? -Concepción está muy por encima del resto del país. Aquí incluso han podido regionalizar el trabajo: Toda la sangre viene a un mismo lugar, con el mismo control de calidad, exigencias y estándares. Se colecta la sangre y se procesa acá, en el resto del país eso no existe. En Santiago, donde está la mayor parte de la población, sigue habiendo colectas en bancos de sangre y el personal no puede tener la experiencia que sí se tiene en un centro grande. Lo otro, que me llega mucho, es que aquí cada vez aumenta más la cantidad de donantes altruistas y voluntarios.En el resto del país… no pasa nada.-¿Faltan incentivos, difusión? -Hay muy poca difusión. La gente no tiene idea de que se necesita dar sangre como un seguro de vida. Es como tener siempre plata en el banco, un depósito a plazo, así de simple. Si existiera la costumbre de dar dos veces al año, a Chile le sobraría la sangre, pero eso no pasa. En Inglaterra y en la mayor parte de Europa occidental, la gente lo toma como una obligación cívica, un deber social hacia el resto.¿Y qué es lo que usted verifica en el resto del país, aparte de bancos de sangre disgregados? -Que no hay controles de calidad exhaustivos.Nadie ha sido capaz de demostrármelo (alza las cejas espontáneamente). En realidad, la calidad empieza por el donante. Si no hay un donante altruista, ya tienes un mayor riesgo. Chile tiene una tasa mucho más alta de portadores dentro de los donantes de lo que debería tener porque, dejando fuera Concepción, todos son nuevos.Es mucho más sucia la sangre de quien dona por primera vez o de quien no es voluntario, porque nadie va a reconocer ante un familiar prácticas sexuales que no son aceptadas o drogadicción intravenosa. Aquí igual donan, porque a nivel social necesitan el papelito. Es imprescindible que en Chile exista mayor educación social, que se cree conciencia. Incluso el cobre debiera considerar presupuesto para generar una cultura de la sangre, que no existe.-¿Por qué resulta tan bien evaluado Concepción en el contexto inglés que usted bien conoce? -Hay muchas cosas que incluso hacen mejor aquí. Por ejemplo, la educación del personal.Tienen muy poco si se compara con lo que tengo yo, pero acá tienen muy buena documentación de lo que hacen. Sí hay cosas que faltan, que tienen que ver con equipamiento, un buen edificio, asuntos materiales. Pero que trabajen como lo están haciendo con los medios que tienen, es para sacarse el sombrero.-Eso quiere decir que se haría una transfusión acá, con toda seguridad.-Sí, en Concepción sí (responde con tono tajante y seguro). El año pasado dije que no lo haría en ningún lugar de Chile, pero aquí están aumentando tanto los donantes voluntarios (llegan al 50%) que siento mucha más seguridad en ese sentido. ¡Pero si el país tiene, en concreto, apenas un 2% de voluntarios! Esa comparación me da seguridad, además de que he visto cómo trabajan. Por eso tengo confianza en Concepción, pero sólo en Concepción y, tal vez, Valparaíso.En Santiago… por ningún motivo, ni tampoco en ninguna otra parte del país.-Queda claro un problema ético de por medio… -En Santiago, sí, porque todo el mundo quiere ser jefe. Todos los jefes de bancos de sangre buscan poder, o casi todos. Porque dirigir un banco de sangre claro que da poder. Y también, bueno, tú ganas dinero con eso, al ceder unidades a los centros privados. Hay un negocio de por medio, y un negocio bastante sucio.Pasa mucho en Santiago, no en todos los hospitales, pero se repite que los parientes donan para sus parientes que están en el sistema público y eso se va al sistema privado.Eso tiene un costo a favor de las personas que están a cargo de ese banco de sangre, que gana dinero así. Eso no ocurre en Concepción.Está todo controlado, y se sabe adónde termina la sangre que se colecta, porque hay seguimiento.En Santiago eso -por el momento- no existe.-Entoces, ¿en Chile la sangre es un negocio? -Yo creo que sí, pero sobre todo en Santiago, que es donde hay más gente. Acá, a pesar de la cantidad de habitantes, los procesos son tan rigurosos que ni aunque alguien quisiera aprovecharse, podría hacerlo.-Doctora, y la realidad europea ¿implica donantes casi a la orden del día? -No casi. Estamos usando la sangre más apropiadamente y nunca ha habido donantes de reposición, eso no se le pide a nadie, sino que se le pide ayuda a la comunidad en general. Los diarios publican la temperatura, el estado de carreteras y cómo están los stocks de sangre, así de masivo. Lo mismo pasa con la televisión. Si hay un ataque terrorista o un accidente de tren, la gente no hace colas para donar, porque no es necesario.-Y para que existan las condiciones de que eso ocurra en Chile, que se subsanen los problemas que existen ¿quién debería tomar las riendas? -El Ministerio de Salud y los legisladores.Tiene que generarse una ley de sangre, es estrictamente necesario. Yo ya estoy aburrida con ese asunto. Colaboré con el proyecto e incluso lo revisé, pero desde 1986 que estamos en eso. ¡No puede ser que no salga en 20 años! Me da vergüenza decirlo, pero en Malawi, el país más pobre del mundo, creamos un marco legal y tenemos un servicio nacional de sangre gracias a que nadie se muere por falta de donante. Y Chile no tiene nada que ver con Malawi. Bolivia tiene un marco legal y ¿qué tiene que ver Bolivia con Chile? ¿por qué Chile no...? ¿qué estamos esperando? OMS acredita al centro penquista Una buena noticia entregada por la doctora Contreras es que, el jueves 29 de marzo, Concepción fue la primera ciudad del mundo acreditada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Internacional de Transfusión. Dirigido a países medianamente y poco desarrollados, dicho protocolo busca garantizar el buen trabajo de centros de sangre nacionales, pero en nuestro caso se aplicó -y con buenos resultados- a nivel regional.Según explicó la doctora, las condiciones alcanzan tan buen nivel, que lo más probable es que el centro de sangre penquista alcance nuevas etapas del proceso.El sistema de acreditación se basa en las estrictas normas impuestas por la OMS.Secretos del éxito local Un total de 23 mil unidades de sangre recolecta el Centro Concepción al año. En 2007 espera llegar a 29 mil. Este centro, al que acude un 30% de donantes, satisface las necesidades de las cuatro provincias; optimiza trabajo y recursos, maneja estándares de calidad más altos y hace más eficiente el sistema. Un ejemplo es que, desde que se unió al sistema, Lota bajó su necesidad de donantes a la mitad. Al estar centralizadas las unidades de sangre se distribuyen sin que nada se pierda por “falta de uso” en los plazos sanitarios establecidos.A diario 120 voluntarios donan 450 centímetros cúbicos cada uno en la zona y el almacenamiento permite abastecer por una semana a la región. Sólo en 2006, el centro penquista realizó más de cien colectas, para cubrir la necesidad de 17 donaciones por cada mil habitantes, cifra que se requiere en Latinoamérica. El promedio nacional es de 14 por cada mil habitantes, mientras que en los países desarrollados la cifra aumenta a 30 por cada mil.“Todo está bien reglado” -¿Por qué aún no se ha concretado una ley rigurosa, si la doctora Contreras ayudó a la redacción del texto y lo revisó en 1986? -En la década del ‘60 teníamos un proyecto bien completo, que se modificó y luego se postergó. Hoy, la legislación existente cubre las necesidades, y concluimos que el sistema de Salud en Chile tiene todo tan bien reglado que es innecesario incorporar nuevas leyes que regulen el tema”, explicó el senador Ruiz-Esquide.Recordó que, debido al VIH, se incluyeron esos elementos a los textos legales, pues ante ese nuevo actor sí fue necesario tomar medidas sanitarias complementarias.
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