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martes, febrero 13, 2007

Ñuble y sus deseos de autonomía

¿La decimosexta región?

  • Después de la aprobación -a mediados de semana- en la Cámara de Diputados del proyecto de Ley que crea las regiones De los Ríos en el extremo sur y Arica y Parinacota en el norte, reaparecieron con fuerza los anhelos de otras provincias por continuar similar camino. Hoy es Ñuble, quien lleva años peleando por autonomía, la que reclama por convertirse en la decimosexta región de Chile.


Jorge Enríquez Carrera

Han transcurrido casi treinta años desde que se estableció la división territorial definitiva de nuestro país con la constitución de las trece regiones conocidas. Aunque en principio éstas fueron consideradas como un requisito esencial para potenciar la descentralización administrativa y económica, actualmente son muchas las voces, específicamente provinciales, que fundamentan su débil desarrollo en la ineficacia de la estructuración geográfica.
Es el caso de Ñuble, que ya cumple una década luchando de manera progresiva por independizarse de la Octava Región.
Desde el año 1997 diversas organizaciones sociales, empresariales, comerciales, académicas y de servicios se agruparon en el denominado Comité Ñuble Región, en torno a la idea de solicitar que su provincia cambiara de formato y obtuviera grado mayor.
“Con el paso del tiempo ha ido aumentado notablemente el apoyo, sobre todo en la inclusión de los parlamentarios de la zona que se han hecho parte para lograr el anhelo de transformarnos en región”, sostiene el alcalde de Chillán Viejo, Julio San Martín.
Y la semana pasada dieron un paso adelante cuando parlamentarios y representantes de la comunidad, agrupados en este comité pro región, presentaron su inquietud ante miembros de la Comisión de Gobierno del Senado, presidida por Eduardo Frei. Además de exponer los orígenes y fundamentos de la iniciativa, entregaron el proyecto de viabilidad que viene a amparar el anhelo ñublensino.
Fundamentos sobran, señalan algunos miembros, pero es la voluntad política la que está fallando, toda vez que para que esta iniciativa se convierta en realidad, se requiere primero el interés del poder ejecutivo y hasta el momento “no hemos tenido una respuesta satisfactoria”, afirman.

Regionalización histórica

La Constitución señala, en su artículo 110, que “el territorio de la República se divide en regiones y éstas en provincias. Para los efectos de la administración local, las provincias se dividirán en comunas”. Pero, ¿cómo se llegó a esta distribución?.
En 1974 uno de los principales argumentos esgrimidos, cuando se comenzó a preparar el cambio en la división político administrativa hacia una regionalización, fue proponer una descentralización y desconcentración para facilitar el progreso equitativo del país.
Hasta esa fecha, la división territorial que existía era establecida por la Carta Fundamental de 1925, que daba cuenta de un fraccionamiento de Chile, en provincias y comunas.
Sin embargo, gracias a los Decretos Leyes Nº 573 y 575 de 1974, las modificaciones no demoraron en llegar. Estas normas, dictadas por el Ejecutivo, representado por la Junta Militar de Gobierno, dispusieron que a contar del 1 de agosto del mismo año, se constituirían cinco regiones pilotos, entre las cuales se encontraba la Octava.
De esta forma las antiguas provincias fueron reemplazadas por regiones. Eso fue lo que sucedió con Ñuble, Bío Bío, Concepción y Arauco, que pasaron a convivir bajo un mismo techo.
A partir de ese momento, se pavimentó el camino para que el 2 de octubre de 1978 se erigieran las ocho regiones restantes que conforman el panorama territorial de Chile -con confirmación constitucional incluida en 1980- que se sostuvo sin cambios radicales hasta el miércoles pasado, con la aprobación de las noveles XIV Región de los Ríos y XV Región de Arica y Parinacota.

¿Qué dicen los estudios?

Una región se puede definir como una unidad territorial que abarca una o varias provincias vinculadas por intereses económicos, sociales y culturales y constituida por paisajes geográficos homogéneos.
Sin embargo, esa vinculación, según señalan representantes de la comunidad ñublensina, estaría perdida en la relación con su pares penquistas.
Y los argumentos son apoyados con cifras. Según el estudio realizado en el 2003 por el Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, por encargo de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere), de acuerdo al Indice de Evaluación de Creación de Regiones (Iecer), en que mediante diversos criterios se clasifica la viabilidad de una posible conversión provincial a regional y aplicados en Ñuble, Arica y Valdivia, se obtuvo como resultados un: 8.9, 8.0 y 9.2, respectivamente.
Este puntaje también sirve de base para el reclamo de los cordilleranos, al considerar que ellos estaban por sobre Arica y por tanto, tendrían mayores méritos para alcanzar el estatus regional.
De igual forma, y según lo que señala la propia Subdere, la creación de una nueva región, siempre tendrá “un impacto sobre la estructura de los fondos públicos destinados al conjunto de regiones del país; es decir, las preexistentes recibirán menos recursos, debido a que se tendrá que destinar parte de ellos a las eventuales unidades creadas”.
Pero por otro lado, la misma Subdere señala en su página web que no hay evidencia empírica que sostenga que la creación de una nueva región resuelva por sí sola los problemas de desarrollo, lo que generalmente es utilizado como fundamento en las iniciativas provinciales.

Voces independentistas

No existen opiniones divergentes, por lo menos a nivel provincial, respecto a la necesidad que Ñuble se convierta en región.
Se dice que la inversión requerida es de 7.800 millones de pesos para sostener todo el cambio de carácter de provincial a regional.
“El tema no tiene afanes independentistas ni separatistas. Pasa porque nuestra propuesta tiene sustento, ya que estamos hablando de una provincia que tiene una misma identidad económica y sociocultural. Además que tener políticas focalizadas y cada vez más descentralizadas, le conviene a todo Chile”, enfatiza el diputado del distrito 41, Nicolás Monckeberg (RN).
Asegura que se debe analizar la rentabilidad social que se obtiene con la actual distribución en la región y cómo distribuir de manera más equitativa los recursos, ya que si eso ocurriera “esa rentabilidad será mucho más alta en comparación a lo que hoy existe”.
Para el alcalde de Chillán, Aldo Bernu-
cci, todo se fundamenta en la promoción a descentralización y desconcentración. “Concepción, por ejemplo, ya está pensando en el cuarto puente y nosotros no logramos siquiera pavimentar las calles de la comuna. Desde ese punto de vista, los gobierno centrales se están gastando los recursos en las capitales regionales y no los están distribuyendo de forma equitativa”.
Desde el sector productivo, Fernando Serrano, presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble, destaca que la provincia es una zona eminentemente agrícola y lo ideal es vincularse con otras zonas afines. “Se debe buscar una homogeneidad económica, que en estos momentos no existe. Tener mayor participación en la toma de decisiones y cuyas soluciones sean particularmente focalizadas a nuestra realidad. Por ello es esencial llegar a convertirnos en región”.

Gabriel Weitzel, Presidente del Comité Ñuble Región:
“Nuestra Gobernación es una oficina de Relaciones Públicas”

Con una convicción a toda prueba, Gabriel Weitzel representa el sentimiento de una comunidad provincial a la cual admira y quiere proyectar más allá de lo imaginado. Crítico del centralismo nacional y regional, está convencido de la viabilidad de la iniciativa que encabeza. “Tenemos más merecimientos que Valdivia y Arica. Pero, que no duden mis coterráneos: Ñuble será región”, afirma el ingeniero civil.
-¿Cómo nace la idea de crear Ñuble Región?
-Esta idea no nace hoy. Se origina a partir de la estructuración territorial obligada, establecida a partir de la regionalización de 1978, donde juntaron de manera arbitraria a cuatro provincias como son Concepción, Ñuble, Biobío y Arauco, cuyo resultado ha sido desastroso. Para nosotros ha significado, principalmente, postergación y pobreza.
-¿Cuáles son sus argumentos para sustentar este proyecto?
-Se basa fundamentalmente en la necesidad de combatir el centralismo, tanto a nivel nacional y regional. Si no es Santiago, es Concepción, sobre todo en el poder de decisión de las políticas gubernamentales. ¡Si nuestra Gobernación es casi una oficina de Relaciones Públicas!, con algunas facultades mínimas para decidir. Tenemos gente preparada para asumir proyectos de región pero en estos momentos sólo recibimos soluciones de personas externas que no conocen nuestra realidad.
-Definitivamente, no se sienten parte de la Región del Bío Bío...
-Cómo nos vamos a sentir parte si con suerte nos consideran. La gente en Concepción es en su mayoría industriales y pesqueros, y en general nada tienen que ver con el hombre de Ñuble. Nuestra gente es eminentemente agrícola, de campesinos, con una tradición y herencia totalmente distinta a las demás provincias.
-¿Cómo prevé el futuro de esta iniciativa?, ¿aceptarán un no de respuesta?
-Hemos ido avanzando de a poco. Tenemos una propuesta seria y por tanto, esperamos una respuesta positiva. Ahora, si no nos satisface, que no queden dudas que seguiremos peleando. Y lo haremos con la misma fuerza, con la tenacidad que hace al hombre más fuerte, porque el que nace en esta tierra es sufrido y mientras más le dan donde le duele, más crece y sigue luchando.