NativaChile

ITATA

lunes, noviembre 06, 2006

Concepción, Chile, octubre de 2006
¿De dónde vienen las guaguas?
Padres deben responder dudas sobre
sexualidad de manera clara y gradual
·1 Tarde o temprano, la pregunta del millón llega y aún hoy -en pleno siglo XXI- muchos padres temen responder. Especialistas dicen que debe tomarse con la mayor naturalidad posible y recordar que a los niños hay que decirles siempre la verdad.


Aunque la mayoría se considera abierto de mente y lo suficientemente maduro como para enfrentar la sexualidad con sus hijos, muy pocos podrían afirmar que no sintieron un tiritón cuando uno de ellos les preguntó por primera vez: ¿de dónde vienen las guaguas? “Hay que ser franca, a uno la sorprende, y lo primero que piensas una vez que contestas es ¿con qué me va a salir ahora?”, confiesa Gabriela Fernández Kunstmann, madre de Joaquín de cinco años y de Magdalena de tres.
El mayor de sus hijos, después de ver a una de sus amigas embarazada, la sorprendió con la pregunta del millón. Pero esta vez no era la frase que se escucha en comerciales. Era real, y Gabriela - según cuenta- supo salir del paso, explicándole que los papás se querían mucho, que por eso se juntaron y tuvieron un hijo. La respuesta fue correcta, clara, precisa y completa. Tanto que Joaquín no preguntó más, recuerda.
En general, se dice que ante la consabida pregunta sobre la cigüeña, lo común es decir que los niños vienen al mundo gracias al amor entre un hombre y una mujer, el que da origen a una nueva vida.
Y es que según los especialistas, padres e hijos deben entender la sexualidad como un ámbito de la vida tan natural y necesario como alimentarse, y que como tal es fuente de satisfacción. Así lo explica la sicóloga infantil educacional Tatiana Bianchi Athanaciu, quien agrega que además es necesario recordar que cuando se habla de sexualidad, no sólo se habla del cuerpo, sino que también de la personalidad y de los roles de hombre y mujer en la sociedad.
Por lo tanto, aclara, “la educación en la sexualidad parte desde que nacemos”.

Hablar claro

Si bien no hay un manual para enfrentar estos temas, la sicóloga del Wessex School señala que lo principal es que los padres estén preparados y que haya una coordinación entre ambos frente a cómo se educará al niño en este ámbito.
“Esto porque la educación sexual se da principalmente por los mensajes que los padres entregan a sus hijos en distintos ámbitos de la vida familiar”, dice la especialista.
Ellos son “los agentes más importantes en esta formación, junto al ambiente, los medios y el mismo colegio”.
Por eso, ante la pregunta inminente, Tatiana recomienda cinco elementos fundamentales. Lo primero es “hablar claro, lo que significa no disfrazar las palabras como pene, vagina, masturbación, etcétera”.
En segundo lugar, no dar mayor información de la requerida, sino remitirse a contestar la pregunta y de la forma más completa posible, “de modo que permita a cada niño de acuerdo a su edad formarse un criterio al respecto”.
Luego, entregar información en forma gradual, ya que “se trata de un proceso de aprendizaje que toma su tiempo”, afirma.
En este sentido, agrega, es importante que los padres sean tenaces, es decir, se adelanten a ciertos tópicos que la televisión u otros medios imponen. “De esta manera se crea confianza para que el menor se atreva a preguntar sus dudas a sus papás y no a otras personas”.
Por último, agrega, los padres deben guiar a sus hijos, “enseñándoles tanto la dimensión biológica como la sicológica de la sexualidad humana”, concluye.
En este contexto, todos los mensajes que envíen los padres dentro del hogar irán dando pistas sobre los roles que hombre y mujer cumplen y, en ese sentido, el ejercicio de una sexualidad sana, entendida como un concepto amplio y orientada a producir placer, felicidad y satisfacción, comienza por casa.

Pedir ayuda si es necesario

Examinar las propias visiones que como padres se tienen frente al sexo, educar desde temprana edad y decir siempre la verdad son actitudes claves para crear un clima de confianza. Pero, también se debe: -Ver a los niños como seres sexuados.
-Recurrir a libros, especialistas, amigos o sacerdotes, si es necesario en cada caso, para obtener orientación.
-Hablar de sexo en un lugar y momento apropiado.
-Abordar temas complejos como la masturbación, menstruación, embarazo, anticonceptivos y enfermedades de transmisión sexual.
-Explicar la importancia de la responsabilidad y respeto propios y hacia otros.
-Evitar caer en amenazas, rechazos, interrogatorios, juicios o críticas, ni tampoco culpar, avergonzar, humillar ni ridiculizar.

Preguntas frecuentes

La educadora de párvulos Mirna Castillo Castillo señala que los niños entre los 4 y 5 años, por lo general, tienden a compararse con sus pares del sexo opuesto y con sus padres.
De ahí surgen algunas dudas lógicas que los padres deben aclarar con naturalidad.
Por supuesto que además hay que estar preparados para las preguntas clásicas. Según la educadora, éstas son:
-¿De dónde vienen las guaguas?
-¿Cómo se hacen las guaguas?
-¿Cómo nacen?