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viernes, junio 08, 2007

Rincones de la comuna confiesan sus penurias
Clamor de tomecinos:
apenas alcanza para comer
La crisis textil podría agravar el drama que ya vive la pesca artesanal en Tomé. En la fotografía, venta de sierras en la calle, cerca del muelle de la pesquera Camanchaca.

El desconsuelo se ha instalado en la comuna costera y se niega a iniciar la retirada de una vez. En las esquinas abundan los desocupados y “perder la pega” no aparece como novedad para nadie, pues en Tomé sí que es recurrente.
Lo que le ocurre a Bellavista influye directamente en el ánimo de los tomecinos.
“Todos comemos de la empresa, porque si los obreros no tienen plata, Tomé no se mueve”, confiesa Lorena Salgado Salgado (33).
La modesta vendedora de jaibas cocidas, que sonríe al recordar que sus productos “si no se venden se regalan, porque la gente si no pasa hambre”.
La mujer asegura que varios días de lluvia implican pasar necesidad, pues allá “no hay de dónde sacar”.
Rosita Fuentealba Torres (57), instalada en un sillón de su desierta peluquería, concuerda con la comerciante de mariscos.
Recuerda los buenos tiempos, en que su nutrida clientela -la el 60% proveniente de Bellavista- repletaba la impecable sala. “en cambio ahora, nos atendemos entre nosotras, para no aburrirnos”, asevera, mientras una colega le tiñe el pelo a la manicurista.
Parece como si los tomecinos hubieran acordado quejarse producto del conflicto de Bellavista, pero no es así.
Lamentablemente, los dueños de diversos oficios retratan a su manera lo que las calles evidencian en cada rincón: Abandono y mucha, mucha cesantía.
Otro rubro golpeado es el del transporte. Los taxistas, que en los tiempos de gloria de las fábricas de paño vivían ocupados, pasan sus días sin hacer ni un sólo viaje. “A veces uno exageraba y decía que las cosas estaban más o menos. Ahora eso es verdad”, dice el taxista Reinaldo Jeldres Torres (66).

Alcalde rechaza las
promesas si son vanas

“Yo no quiero después canastas familiares para ayudar a los cesantes de Bellavista, como ya pasó con el tema de la pesca”, plantea el alcalde de la golpeada comuna, Eduardo Aguilera Aguilera, respecto de la crisis que significaría para Tomé que fallara Bellavista.
Desde la perspectiva municipal, es necesario que el Estado intervenga en la localidad, partiendo por el otorgamiento de crédito a la empresa textil. El jefe municipal asegura que esa industria es la principal fuente laboral de la comuna y la única que genera trabajos permanentes.
“Tomé apoyó antes al desarrollo del país, así que esperamos que el Estado no nos dé la espalda ahora”, manifiesta Aguilera. Según el jefe municipal, las decisiones deberían tomarse ahora, pues falta “un real esfuerzo estatal para salir de la penumbra”.
Eduardo Aguilera confía en las potencialidades de Tomé y sus habitantes, sumadas a la inversión pública y también privada.